MENSTRUACION: SALUD Y ECOLOGIA





Hasta nuestros días hablar de nuestra menstruación sigue siendo un tabú que se trata de manera silenciosa y en pequeños círculos de amigas o familia. Este silencio ha sido aprovechado por las grandes compañías e industrias que hoy en día se encargan de fabricar las diferentes marcas de tampones y toallas sanitarias, productos que en la gran mayoría de los casos contienen componentes dañinos para el cuerpo humano y que pueden llegar a provocar enfermedades, en algunos casos, mortales, como el Síndrome de Shock Tóxico.
Por ejemplo, las mezclas de rayón y rayón-algodón son ampliamente utilizados en la fabricación de tampones. El rayón se blanquea con cloro y es una fibra altamente absorbente. La dioxina, un probado agente cancerígeno, es un subproducto de todos los métodos de blanqueo con cloro. La dioxina se acumula en los tejidos grasos animales, incluyendo seres humanos. Existe creciente evidencia sobre asociación entre dioxina - incluso en niveles bajos - y cáncer, endometriosis, recuento bajo de espermios y supresión del sistema inmune.
También el uso de los tampones es muy perjudicial para la vagina, ya que además de absorber la sangre, absorbe otros flujos internos que son importantes para mantener saludable el pequeño ecosistema femenino. Sin embargo, lo más preocupante es que en su fabricación muchas empresas utilizan Amianto, una sustancia muy tóxica, que produce la aparición de cáncer cervical y tumores de útero.
Aunque algunas mujeres sospechan los efectos nocivos de estos productos, muchas veces no se atreven a preguntar o investigar más afondo. También muchas otras mujeres sufren de comezón, rozaduras, e incomodidad en sus días menstruales y piensan que no existe alternativa alguna al respecto. Toda la desinformación existente hace que la dimensión sagrada de la menstruación se haya ido desdibujando hasta que en nuestra cabeza relacionamos la menstruación como un desecho o algo que causa repulsión. A lo largo de todos estos años se logró convencer a la mayoría de las mujeres de que hay una sola forma de recoger la sangre menstrual y que es por medio de productos desechables. Esta visión nos desconecta de nuestra propia energía como mujeres, además de nuestra conexión con la Tierra.
Ver la menstruación como desecho ha propiciado el exhaustivo uso de toallas y tampones que por ende son absolutamente desechables y no reutilizables en lo absoluto. De manera que, la industria fabricante de estos productos lucra del consumismo creado tan efectivamente con miles y millones de mujeres en el mundo aún a costa de inundar con toneladas y toneladas de basura a nuestro planeta.
En su vida, una mujer tira entre 10,000 y 15,000 toallas y/o tampones.
La producción de esos productos hechos de plástico, algodón y fibra de madera, involucran decenas de productos químicos. Además de que en el embalaje de plástico, se emplea mucho petróleo para su transporte. La situación es que, los ocupamos unas horas y luego los tiramos aun a sabiendas de que estos productos tardaran cientos de años en descomponerse.
El problema de los desechos sanitarios, específicamente toallas y tampones, crece día con día, al igual que la población de nuestro planeta. Se estima que en México generamos 210 mil toneladas anuales de relleno sanitario sólo de toallas femeninas. Y ni que decir de los efectos y daños que causan miles de tampones y toallas que van a dar al mar y son ingeridos por animales marinos provocándoles daños en el sistema digestivo y en muchas ocasiones la muerte.
Realmente esta situación debe hacernos reflexionar sobre cómo podemos realizar acciones que permitan responsabilizarnos para transformar la crisis ecológica que vive nuestro planeta y a la vez ser mujeres que recuperen la dimensión sagrada de la menstruación, desde una visión de interconexión, en donde la sangre es el liquido más sagrado de nuestro cuerpo y poder devolverlo a nuestra madre Tierra como una ofrenda se convierte en todo un privilegio.
En este sentido, el uso de toallas sanitarias reusables es una de las opciones que podemos tener como mujeres conscientes que amamos nuestra madre tierra. Las toallas se pueden fabricar de manera casera,  adquirir en ferias  o por vía electrónica.
Las compresas absorbentes de tela de algodón son más cómodas que las toallas de plástico, ya que la textura se asemeja al de una prenda íntima. Por esto no rozan y además no huelen mal como sucede en muchas ocasiones con las toallas comunes. Por otra parte son más suaves y las puedes adquirir o hacerte tus propios diseños.
Tampoco contienen colorantes, blanqueadores, ni otros productos químicos, como el dañino asbesto que se encuentra en las toallas desechables. Se usan igual que las toallas con alas, sólo que no se tiran a la basura, sino que se lavan y utilizan de nuevo. ¡Pueden durar un año o más! Dependiendo del cuidado que les de cada persona.
Al igual que con las toallas desechables existen diferentes modelos, como por ejemplo toallas tipo nocturnas, pantiprotectores, y toallas diurnas dependiendo de las necesidades de cada mujer.
Como mujer consciente el proceso de lavado de las toallas reusables se convierte más que en una faena engorrosa, en toda una práctica espiritual en donde puede recolectar su sangre y decidir si quiere darla de beber a sus plantas u ofrendarla directamente a la Tierra.
Además de las toallas reusables, existen otras opciones ecológicas y saludables, como la Copa de Luna. Este es un dispositivo menstrual con forma de campana, fabricado con silicón médico hipoalergénico que se introduce en la vagina para recolectar el flujo menstrual. La Copa Menstrual no causa irritaciones y es apta para mujeres con alergias. Por otra parte, la Copa Menstrual no interfiere con el delicado entorno vaginal. No absorbe los mecanismos de defensa naturales del cuerpo ni deja fibras en la pared vaginal. Además, es un producto que ha sido premiado por su ética en cuanto a su fabricación y uso.
La copa es excelente para las mujeres viajeras o aventureras o simplemente que pasan mucho tiempo fuera de casa. El flujo menstrual se deposita dentro de la Copa Menstrual, por lo que el proceso no es engorroso ni incómodo. La Copa Menstrual puede utilizarse toda la noche con seguridad y es ideal para todo tipo de deportes como natación, daza, yoga y gimnasia o para actividades como ir de camping, de excursión, de escalada y de viaje.
Realmente la Copa Menstrual se ha convertido en un invento revolucionario para la salud menstrual femenina por su larga duración (¡hasta 10 años!), su enorme impacto ecológico y el ahorro que produce a nuestro bolsillo. La Copa Menstrual es realmente el producto de higiene femenino más económico del mercado. Cuesta menos de lo que gastas cada 6 meses en productos desechables.
La copa vaginal es tan cómoda como un tampax. Puede requerir algo de práctica al principio, ya que necesitas encontrar el ángulo y la posición adecuados para insertarla. Una vez que lo domines, te sorprenderá lo fácil que resulta usarla. Necesitarás vaciar, aclarar y volver a colocar la Copa Menstrual cada 4-8 horas, dependiendo de la intensidad de tu periodo.

Si tienes que usarla en un baño público, puedes vaciarla en el WC y limpiarla con papel higiénico, así que no hay necesidad de salir a lavarla públicamente. Ya en la intimidad de tu casa, al igual que con las toallas reusables, puedes usar tu sangre para regar árboles, plantas o nutrir la tierra donde habitas.


Después de contar con esta información no podemos culpar a la inconsciencia por nuestros desechos menstruales. Nos toca ahora pensar cuál de las alternativas anteriores es la que vamos a emplear para empezar a ser agentes de cambio.
Sitios consultados y más información en:

Video La Luna en Ti